A PARTE DEL 28 DE FEBRERO ANDALUCÍA DEBERÍA CELEBRAR EL 4 DE DICIEMBRE,Y EN LOS COLEGIOS. ¿POR QUÉ?:
1977: Un anhelo surcaba las mentes de los andaluces.Andalucía necesitaba la Autonomía para volar en libertad.
Cerca de dos millones de andaluces se manifestaron el 4 de diciembre
"Día de Andalucía" para exigir la Autonomía. Quinientos mil
manifestantes en Sevilla, alrededor de ciento cincuenta mil en Málaga,
cien mil en Granada, ochenta mil en Huelva y en Córdoba, setenta mil en
Cádiz, setenta mil en Jaén, diez mil en Almería, Ronda, Campo de
Gibraltar y en Antequera y más de un cuarto de millón en Barcelona,
emigrantes de la novena provincia.
Todos ellos, con cientos de
miles de banderas verdes, blancas y verdes. Con exigencias concretas que
reniegan del paro y piden trabajo. En contra de las evasiones del
capital andaluz que se invierte en otras zonas del Estado; en contra de
todos los abusos municipales.
Casi dos millones de andaluces
que llenaron con sus gritos y consignas la calles del país andaluz
demostrando que Andalucía ya ha despertado y que han sido los hombres y
las mujeres del pueblo quien ha contribuido a esta toma de conciencia
popular en pro de una autonomía auténtica, que no una descentralización
administrativa.
La bandera de Blas Infante, salió ese día a la calle de manos de unos niños.
Como físicamente, Blas Infante no podía estar con ellos. Estos
incansables andalucistas: Juan Álvarez Osorio, Emilio Lemos y Manuel
Escobar, supervivientes de las Juntas Liberalistas que fundara Blas
Infante, lo llevaron en sus solapas.
En la cabecera la de
manifestación de Sevilla estuvieron los representantes de todos los
partidos andaluces, entre ellos Alfonso Guerra que habló en nombre de la
Asamblea de parlamentarios, primero en castellano y -ante las protestas
de los presentes- tuvo que seguir en andaluz.
Una Autonomía con un claro contenido social.
La esperanza de la Autonomía era la esperanza de resolver los seculares
problemas de Andalucía. El paro, la reforma agraria, las
infraestructuras.... eran reivindicaciones que se repetían en las
distintas manifestaciones.
En Cataluña también salieron a la
calle -convocados por las asociaciones andaluzas- cerca de trescientos
mil manifestantes que, desde la Plaza Cataluña, llenaron las Ramblas y
la Plaza de San Jaime. Los organizadores convocaron como Día Nacional
del País Andaluz.
A las manifestaciones del primer Día de
Andalucía no le faltaron provocaciones que iban desde la presencia de
contramanifestantes fascistas, como en Sevilla, hasta la presencia
ostentosa de banderas españolas, sin ninguna andaluza al lado, como en
la Diputación de Málaga, o la simple prohibición de la manifestación,
como en el pueblo de Santaella.
La manifestación de Málaga ya venía
precedida de negros presagios. Pocos días antes, el presidente de la
Diputación había declarado que la bandera andaluza no ondearía en el
balcón de la Institución a pesar de que el pleno lo había aprobado. Al
pasar la manifestación por delante de la Diputación, un joven escaló
hasta el balcón para poner una bandera andaluza en el mástil. Poco
después, la policía cargó. Botes de humo, balas de goma... y ¡disparos!
Una bala atravesó la cazadora del joven José Manuel García Caparrós. El
lugar donde cayó, sen convirtió en un "altar" improvisado por donde
pasaron miles de malagueños, hasta que fue destrozado Durante varios
días, el pueblo se echó a la calle en protesta por la represión
policial..
COMPAÑERO
Quiero dejar escrita mi palabra
aquí, junto a tu muerte.
................................
Sin saber quien eres,
mi pena va por ti. Va hasta tu frente,
por haber hecho ofrenda de tu vida
a este Pueblo Andaluz tan oprimido.
No, yo no quiero que quedes olvidado,
ni que tu sangre joven
se vaya hasta los ríos del olvido,
sion dejar en mi verso una amapola.
Yo quiero que tu sangre la recuerden,
la siga recordando nuestro pueblo
como una ofrenda, a todos los vientos,
que proclaman libertades.
Mi dolor está en ti y está contigo,
porque estás en mi grito y en mi sendero.
Cristóbal Benítez, Cornellá, 4-12-77
A los pocos momentos de oir, como un desgarro, la noticia de tu muerte
A PARTE DEL 28 DE FEBRERO ANDALUCÍA DEBERÍA CELEBRAR EL 4 DE DICIEMBRE,Y EN LOS COLEGIOS. ¿POR QUÉ?:
1977: Un anhelo surcaba las mentes de los andaluces.Andalucía necesitaba la Autonomía para volar en libertad.
Cerca de dos millones de andaluces se manifestaron el 4 de diciembre "Día de Andalucía" para exigir la Autonomía. Quinientos mil manifestantes en Sevilla, alrededor de ciento cincuenta mil en Málaga, cien mil en Granada, ochenta mil en Huelva y en Córdoba, setenta mil en Cádiz, setenta mil en Jaén, diez mil en Almería, Ronda, Campo de Gibraltar y en Antequera y más de un cuarto de millón en Barcelona, emigrantes de la novena provincia.
Todos ellos, con cientos de miles de banderas verdes, blancas y verdes. Con exigencias concretas que reniegan del paro y piden trabajo. En contra de las evasiones del capital andaluz que se invierte en otras zonas del Estado; en contra de todos los abusos municipales.
Casi dos millones de andaluces que llenaron con sus gritos y consignas la calles del país andaluz demostrando que Andalucía ya ha despertado y que han sido los hombres y las mujeres del pueblo quien ha contribuido a esta toma de conciencia popular en pro de una autonomía auténtica, que no una descentralización administrativa.
La bandera de Blas Infante, salió ese día a la calle de manos de unos niños.
Como físicamente, Blas Infante no podía estar con ellos. Estos incansables andalucistas: Juan Álvarez Osorio, Emilio Lemos y Manuel Escobar, supervivientes de las Juntas Liberalistas que fundara Blas Infante, lo llevaron en sus solapas.
En la cabecera la de manifestación de Sevilla estuvieron los representantes de todos los partidos andaluces, entre ellos Alfonso Guerra que habló en nombre de la Asamblea de parlamentarios, primero en castellano y -ante las protestas de los presentes- tuvo que seguir en andaluz.
Una Autonomía con un claro contenido social.
La esperanza de la Autonomía era la esperanza de resolver los seculares problemas de Andalucía. El paro, la reforma agraria, las infraestructuras.... eran reivindicaciones que se repetían en las distintas manifestaciones.
En Cataluña también salieron a la calle -convocados por las asociaciones andaluzas- cerca de trescientos mil manifestantes que, desde la Plaza Cataluña, llenaron las Ramblas y la Plaza de San Jaime. Los organizadores convocaron como Día Nacional del País Andaluz.
A las manifestaciones del primer Día de Andalucía no le faltaron provocaciones que iban desde la presencia de contramanifestantes fascistas, como en Sevilla, hasta la presencia ostentosa de banderas españolas, sin ninguna andaluza al lado, como en la Diputación de Málaga, o la simple prohibición de la manifestación, como en el pueblo de Santaella.
La manifestación de Málaga ya venía precedida de negros presagios. Pocos días antes, el presidente de la Diputación había declarado que la bandera andaluza no ondearía en el balcón de la Institución a pesar de que el pleno lo había aprobado. Al pasar la manifestación por delante de la Diputación, un joven escaló hasta el balcón para poner una bandera andaluza en el mástil. Poco después, la policía cargó. Botes de humo, balas de goma... y ¡disparos!
Una bala atravesó la cazadora del joven José Manuel García Caparrós. El lugar donde cayó, sen convirtió en un "altar" improvisado por donde pasaron miles de malagueños, hasta que fue destrozado Durante varios días, el pueblo se echó a la calle en protesta por la represión policial..
COMPAÑERO
Quiero dejar escrita mi palabra
aquí, junto a tu muerte.
................................
Sin saber quien eres,
mi pena va por ti. Va hasta tu frente,
por haber hecho ofrenda de tu vida
a este Pueblo Andaluz tan oprimido.
No, yo no quiero que quedes olvidado,
ni que tu sangre joven
se vaya hasta los ríos del olvido,
sion dejar en mi verso una amapola.
Yo quiero que tu sangre la recuerden,
la siga recordando nuestro pueblo
como una ofrenda, a todos los vientos,
que proclaman libertades.
Mi dolor está en ti y está contigo,
porque estás en mi grito y en mi sendero.
Cristóbal Benítez, Cornellá, 4-12-77
A los pocos momentos de oir, como un desgarro, la noticia de tu muerte
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